25 de junio de 2014

Anorexia - Como Detectarla

¿Te preocupa que tu hija o hijo esté perdiendo peso?
¿Su carácter y costumbres han cambiado y crees que tiene que ver con una obsesión por adelgazar y por su figura?
¿Tienes alumnas o alumnos que sabes que están obsesionados por las dietas, tirando el almuerzo a la basura o vomitando a escondidas en los lavabos?

Cómo Detectar la Anorexia

Si has respondido que sí a alguna de estas cuestiones, es muy probable que estés ante un caso de anorexia nerviosa, siendo esta una enfermedad que se está instalando como una verdadera epidemia en los adolescentes y población juvenil, sobre todo en el sexo femenino. En este artículo te enseñaremos a detectar la anorexia nerviosa, explorando las conductas más típicas de esta peligrosa y letal enfermedad, que suelen pasar inadvertidas debido a los esfuerzos que las enfermas realizan par ocultarlas su entorno cercano. Sólo de este modo puede comenzarse a prevenir el avance de la anorexia.
Desde Centro Cata estamos interesados en divulgar todo lo relacionado con las TCA o Trastornos de la Conducta Alimenticia como la Anorexia Nerviosa, es por ello que en este artículo vamos a intentar aportar algunos consejos para que padres y profesores, puedan detectar de forma precoz, posibles casos de anorexia en sus hijos/as o alumnos/as.

Tipos de Anorexia

La anorexia nerviosa, llamada así porque es una enfermedad mental cuyo origen depende siempre de factores psicológicos, consiste sobre todo en un pánico intenso ante la idea de engordar, un fuerte rechazo a tener un peso siquiera dentro de los límites mínimos para su edad y una distorsión de su apariencia y dimensiones. Las personas afectadas por este trastorno se ven cada vez más voluminosas cuanto más adelgazan, entrando en una espiral de obsesión cada vez mayor por seguir perdiendo peso a toda costa.
Estas maneras de perder peso son distintas y variadas, dando incluso lugar a diferentes tipos de anorexia. Aquí vamos a intentar explicar las formas más comunes y repetitivas que aparecen en este trastorno: La anorexia restrictiva y la anorexia purgativa.
Desde Centro Cata estamos interesados en divulgar todo lo relacionado con las TCA o Trastornos de la Conducta Alimenticia como la Anorexia Nerviosa, es por ello que en este artículo vamos a intentar aportar algunos consejos para que padres y profesores, puedan detectar de forma precoz, posibles casos de anorexia en sus hijos/as o alumnos/as.

Anorexia Restrictiva

Las personas afectadas por una anorexia restrictiva tienden a comer cada vez menor cantidad de nutrientes cada día, restringiendo sobre todo los alimentos que contienen más calorías, principalmente todos aquellos compuestos por grasas e hidratos de carbono.
Si la obsesión anoréxica por seguir perdiendo peso y volumen se dispara cada vez más, la persona llega a realizar ejercicio de manera compulsiva. A pesar de la debilidad por la falta de nutrientes, hay un deseo por seguir eliminando calorías. Esto se debe a que la distorsión de la imagen corporal es cada vez más fuerte, llegándose a ver obesas aún estando con un peso muy inferior a lo normal para su edad. También sigue aumentando el miedo a engordar, a medida que el trastorno sigue instaurándose en la vida de la persona.
En realidad, las enfermas y enfermos siguen sintiendo hambre, pero el deseo anoréxico de seguir perdiendo masa corporal es tan intenso que estos pacientes llegan a tolerar muy bien la sensación de hambre y a aguantar períodos largos de ayuno.

Anorexia purgativa

Cuando un individuo restringe tanto la ingesta de calorías, hay muchos períodos de hambre intensa en los cuales todo su organismo se rebela contra el rechazo anoréxico a comer.
En aproximadamente la mitad de los pacientes con anorexia nerviosa, existen momentos en los que el control férreo sucumbe ante el hambre largamente mantenida por la enferma. Tiene lugar entonces un atracón o ingesta de comida descontrolada, el cual puede ser una cantidad considerada normal, pero que para la persona con anorexia es vivido como un atracón en toda regla.
Esta percepción de haberse dado un atracón desencadena una fuerte culpabilidad, sentimientos de rechazo y de denigración de uno mismo. A consecuencia de estas emociones negativas, la conducta anoréxica típica es la de purgar esta ingesta extra, mediante el vómito, laxantes, diuréticos y quemagrasas.
Cuando los pacientes entran en un bucle de restringir alimentos de manera importante, sucumbiendo al atracón y purgándose después con los métodos mencionados, decimos que la persona sufre una anorexia purgativa.

Cómo Detectar la Anorexia

Para los familiares, docentes y entorno en general, es muy complicado saber cómo detectar un caso de anorexia. Estos pacientes esconden hábilmente las conductas de restricción de alimentos y sobre todo las purgas, además de inventar ingeniosas excusas para justificar la pérdida de peso y la escasez de alimentos que ingieren.
Pero hay signos y síntomas que es imposible ocultar, algunos de ellos físicos y otros, más sutiles, psicológicos.
Para el lector interesado, ofrecemos a continuación una serie de consejos para detectar la anorexia, además de algunas de las excusas más frecuentes que puede plantear su familiar o alumno cuando vea que usted observa o cuestiona su comportamiento.
Estas excusas, estratagemas, mentiras y manipulaciones no suelen ser propios de la persona en sí, sino que son consecuencia de esta letal enfermedad, la cual hace que la persona realice todo tipo de conductas por poco éticas que sean para lograr evitar el máximo posible de calorías diarias.
1 - Hay una evitación de los alimentos con más contenido en calorías. Suelen reducirse o eliminarse de su dieta los hidratos de carbono, sobre todo azúcar, dulces, bollería, confituras, helados, llegando hasta el arroz, pasta, pan, patatas y legumbres. También hay una fobia importante a las grasas, sean aceite, mantequilla o margarina, frutos secos, chocolate o cacao. Suele presentarse un rechazo a las carnes consideradas grasas y especialmente a los embutidos, y puede llegarse a evitar también los pescados grasos.
- La típica excusa que interpone una persona con anorexia cuando se le cuestiona esta conducta, es decir que prefiere evitar estos alimentos debido a que “no son sanos”, “me sientan mal”, “me producen dolor, estreñimiento, flatulencias, etc.”, “soy vegetariano, vegano, intolerante a la lactosa, alérgico al gluten, etc.”. También pueden apoyarse ocasionalmente en la moda actual de dietas depurativas, ayunos para reducir tóxicos en el organismo y diversidad de remedios naturales, que estos pacientes utilizan siempre con la única finalidad de restringir las calorías de su dieta.
2- La persona reduce el tamaño de las raciones, porciones, e incluso evita ingestas enteras. Es algo que suele ser paulatino, cada día o cada semana un poco más, por lo que suele pasar inadvertido de entrada para profesores o familiares.
Suelen trocear mucho los alimentos, y comer lentamente, para aumentar la sensación de saciedad, dando de paso la impresión de una ingesta normal al estar más tiempo en la mesa. También es frecuente que hinchen el estómago con líquido para aplacar la sensación de hambre, preferentemente con agua por su ausencia de calorías.
Si se ven observados, pueden llegar a simular que comen una ración normal de comida, mientras sin ser vistos esconden o tiran los alimentos de diversas maneras que ahora especificaremos:
Suelen ocultar comida en bolsillos, mangas… Cualquier parte de la ropa o bolsos y mochilas son útiles para este propósito. Después tirarán la comida cuando no sean observados, habitualmente en algún lugar fuera del domicilio o escuela.
En los centros académicos es frecuente ver como tiran la comida a la papelera en el patio, muchas veces en grupos de enfermas que se “tapan” unas a las otras y contribuyen a dar una imagen de normalidad a docentes que no están bien informados sobre estos trastornos. También es usual que intercambien almuerzos, por ejemplo una paciente con anorexia le da su bocadillo a otra persona, la cual frecuentemente tiene otro trastorno alimentario relacionado con la ingesta compulsiva y agradece esta comida extra.
Las excusas más habituales para saltarse comidas, lo que supone evitar ingestas enteras, son sobre todo malestar corporal, “me duele el estómago o la barriga”, “me duele la cabeza”, “estoy enferma y tengo que acostarme”, etc. También pueden retrasar la ingesta para no estar presente mientras la familia come, justificándose con los estudios, quehaceres varios, charlas con amistades o parejas, etc. La excusa estrella es “ya he comido antes de que llegáseis”, “comí cuando no estábais”, “ya comí en casa de fulanita”, etc. Cuando llegan a casa de amigos u otros familiares, el argumento se invierte, diciendo “ya he comido en casa”.
El provocar discusiones o conflictos o recurrir a un estado de tristeza o de ansiedad es otra estrategia, que puede llegar a ser bastante automática o inconsciente, para justificar una retirada del lugar donde se está comiendo y evitar así la ingesta.
3 - Las conductas purgativas, en especial el vómito, son las más difíciles de detectar, ya que la persona siente vergüenza cuando realiza un atracón o una purga, y las realiza a escondidas. Suelen vomitar cuando no hay nadie en casa, en los lavabos de la escuela, en papeleras y lugares alejados del hogar. Si se ven forzadas a vomitar cuando está la familia en casa, lo hacen con el grifo abierto o duchándose, para que no se oiga el ruido del vómito. Después, suelen echar perfume, ambientador, jabones olorosos, etc. para que no se perciba el olor ácido del vómito recién efectuado.
Cuando la persona usa laxantes lo justifica alegando estreñimiento pertinaz o directamente lo oculta. Lo mismo pasa con los diuréticos, que son presentados como un remedio para la retención de líquidos o tamnbién utilizados de modo encubierto. Los quemagrasas son guardados en secreto por lo general.
4 – Es frecuente que aumenten su actividad física, a veces practicando deporte o yendo a algún gimnasio, lo cual se justifica nuevamente con el objetivo de fomentar la salud. Pero estos enfermos suelen ser más sutiles, y aumentar considerablemente su actividad física sin que su entorno lo aprecie: Con cualquier excusa, caminan muchos kilómetros al día, ofreciéndose para hacer recados, “olvidándose” con frecuencia objetos que han de volver a buscar a pie, acudiendo a visitar a diversas personas o a realizar diversas actividades en puntos diferentes del pueblo o ciudad, etc.
Aún más sutiles son las formas de quemar calorías ofreciéndose a hacer tareas domésticas o cuidar los animales, algo bien considerado en general por los familiares y que no suele despertar sospechas.
Y decididamente encubiertas son las formas de hacer ejercicio de noche o en momentos en los que no son vistos. Muchos pacientes realizan ejercicios aeróbicos y de tonificación muscular en su habitación, en horas en las que no tienen ninguna supervisión.
También pueden llegar a realizar movimientos repetitivos y de tonificación sin que los demás lo aprecien, por ejemplo moviendo las piernas bajo una mesa, realizando múltiples series de abdominales bajo una manta mientras simulan estar recostados, o simplemente estando de pie más tiempo de lo habitual con la idea de quemar algunas calorías de más.
Es importante que familiares y docentes puedan estar pendientes de estas formas encubiertas de quemar calorías, además de estar prevenidos de que el paciente intentará justificarlo como algo que no tiene ese fin e incluso negarlo la mayoría de las veces.
5 – Los signos y síntomas físicos de las conductas restrictivas son los que el paciente tiene más dificultad para ocultar: La pérdida de peso, aunque se intente disfrazar bajo capas de ropa, es evidente.
También hay un deterioro del cabello, que se vuelve lacio, sin brillo y se cae más, llegando a producir calvas en algunos casos. La piel se torna pálida, más seca y el aspecto es enfermizo, apareciendo también ojeras. El aspecto y funcionamiento del cuerpo es de debilidad, alternando con períodos de hiperactividad.
Es frecuente una sensación de frío permanente o hipotermia, debido a que han ido eliminando mucha de la grasa corporal necesaria para el adecuado funcionamiento del organismo.
También están aumentando la frecuencia de las autolesiones en trastornos alimentarios. Las personas que padecen anorexia realizan cortes superficiales o profundos en su piel, principalmente en antebrazos, abdomen y muslos, ante la ansiedad que les provoca su cuerpo, que ven obeso debido a la distorsión corporal, o para mitigar el hambre y la ansiedad. Suelen ocultar los cortes bajo la ropa, hasta que se curan.
En el caso de conductas purgativas, es evidente que la persona va mucho más al lavabo, ya sea para orinar, defecar, o ambas cosas. Es útil registrar en cajones, ropa o mochilas del familiar, si es necesario pidiendo permiso para hacerlo aunque sin avisar previamente, ya que podemos encontrar botes de quemagrasas, diuréticos, laxantes, etc. Hay pacientes que guardan verdaderos arsenales de medicamentos para perder peso. También veremos si hay una reacción defensiva u hostil para protegerse de dicha inspección, lo cual indica una alta probabilidad de que la persona esté utilizando estos métodos purgativos.
El vómito se puede prevenir impidiendo que la persona vaya al lavabo hasta dos horas pasada cualquier ingesta, y estando atentos a los signos de ocultamiento antes mencionados: Uso de perfumes tras ir al lavabo, restos de comida que atascan tuberías, ruidos de arcadas, etc.
Los signos físicos del vómito son mucho más difíciles de ocultar. Es frecuente que haya un deterioro de las uñas, que aparecen incluso amarillentas; los nudillos se ven enrojecidos cuando la persona mete los dedos o el puño en la boca para ayudarse a vomitar (aunque con la práctica llegan a no necesitarlo). También aparece con el tiempo una característica inflamación glandular en el cuello, justo bajo la mandíbula, piezas dentales más desgastadas y amarillentas, olor ácido de vómito cuando la persona echa el aliento o uso excesivo de esprays bucales y dentífricos para ocultarlo.
6 – Podemos observar otros indicadores de que nuestro alumno o familiar está sufriendo anorexia, cuando hay un cambio gradual pero muy acusado de carácter. La persona parece un individuo distinto al que conocemos, está irritable, más metida en sí y más aislada de su entorno habitual. Presenta por lo general más conductas y rituales obsesivos y tiene menos ganas de hacer cosas que antes hacía. Podemos decir que la persona con anorexia parece guiada por una obsesión interna que dicta su conducta, y que ha perdido la motivación y la esperanza hacia el futuro.
Es habitual que sigan manteniendo buenos resultados académicos si ya los obtenían, a pesar incluso de que no hay una alimentación adecuada, ya que los rasgos de obsesión, rigidez y perfeccionismo se acentúan mucho más.

Anorexia Nerviosa y su Tratamiento

Cuando una persona padece un trastorno alimentario ha de realizar un tratamiento especializado. El tratamiento de la anorexia es principalmente psicológico y psiquiátrico.
Este trastorno afecta a las principales áreas de la persona, como es el área emocional, cognitiva, el funcionamiento cerebral, las relaciones con los demás y la dinámica familiar, además de afectar también de manera crucial a su cuerpo. Por lo tanto, incluye una variedad de técnicas destinadas a la rehabilitación integral del individuo.
¿Cómo tratar a una persona con anorexia nerviosa? Es esencial la terapia grupal, la individual y la familiar. También son necesarias las terapias psicocorporales y la reeducación en hábitos alimentarios. En muchos de los casos se necesita también instaurar una medicación psiquiátrica o modificar una ya existente, además de cuidados de enfermería que incluyen el control del peso, constantes vitales y administración de medicación.
Las terapias ocupacionales, terapias basadas en el arte y talleres psicoeducativos sobre aspectos relacionados con la enfermedad y la curación, son de gran ayuda para la modificación cognitiva y emocional necesarias para sanar estas enfermedades.

CUÁNTOS PACIENTES LOGRAN SUPERAR LA ANOREXIA

Una de las dudas más frecuentes de familiares y profesores, y de los propios pacientes, es si lograrán superar la anorexia.
Para responder a estas cuestiones, podemos recurrir a las estadísticas más recientes sobre este trastorno, siempre teniendo en cuenta que los números sobre la enfermedad van cambiando a lo largo del tiempo.
Nos basamos en los datos del Centro para la Formación Continuada de Cleveland, que acumula una base de datos sanitarios de Estados Unidos y del mundo durante más de 75 años:
A principios de la presente década, para curar la anorexia sin que haya recaídas, los pacientes necesitan del orden de cinco años seguidos de tratamiento como media.
Encontramos entonces porcentajes de curación del 60 % aproximadamente. Es decir, seis de cada diez pacientes pueden llegar a curarse totalmente y sin posibilidad de recaída, siempre y cuando sigan un tratamiento especializado que suele ser largo.
La contrapartida son las cifras de mortalidad de la anorexia, que son de un 20% y siguen aumentando. Dos de cada diez personas con anorexia nerviosa mueren actualmente en el mundo, habitualmente debido a paradas cardíacas y a suicidios.

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